Por Dr Reinaldo González Ramos
Enfermedades de transmisión sexual (ETS)
Varias son las enfermedades de transmisión sexual (ETS) que pueden afectar la fertilidad. Las principales son la gonorrea (Gonococo) y la clamidia (Chlamydia trachomatis), que pueden causar infecciones, inflamación aguda o crónica, distorsión de la anatomía pélvica y obstrucción en las Trompas de Falopio. Esto puede derivar en una acumulación de líquido en estos canales, denominada hidrosálpinx. En algunos casos más graves, se producen abscesos tubo-ováricos, que es la acumulación de pus dentro de la trompa y el ovario.
Tanto la infección aguda, como la inflamación crónica, producida por estas bacterias, pueden poner en riesgo todo el aparato reproductor femenino, siendo a veces necesaria la remoción quirúrgica de las trompas u ovarios.
Otras infecciones, como el ureaplasma y micoplasma, también pueden producir inflamación crónica y daño en las trompas o endometrio, causando infertilidad, abortos o parto prematuro en ciertos casos.
Tratamiento de las ETS
El tratamiento de las ETS es caso a caso. En casos agudos se recetan antibióticos y algunas pacientes necesitarán cirugía laparoscópica de aseo y liberación de adherencias y/o drenaje de abscesos. Ciertos casos más graves pueden requerir salpingectomía (extirpación de la trompa) u ooforectomía (extirpación del ovario). La laparoscopía ginecológica es un tipo de cirugía mínimamente invasiva, en la que se introduce una óptica, conectada a una cámara de video, por el ombligo, y se realizan incisiones pequeñas de menos de 1 cm en la pelvis, para insertar los instrumentos operatorios.
En situaciones en las cuales se presenta la enfermedad inflamatoria pélvica crónica, se realizará una cirugía laparoscópica si es que las trompas están obstruidas. A veces es posible reparar las trompas y en otras circunstancias, cuando estos conductos están muy dañados, es necesario extirparlos y posteriormente realizar fertilización in vitro.
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